jueves, 22 de septiembre de 2011

LA GUERRA DEL CENEPA

Disputas entre el Perú y la Gran Colombia

La reclamación por parte de Ecuador de un acceso con soberanía a la cuenca del Amazonas se remonta a 1827, cuando Simón Bolívar, gobernante de la Gran Colombia, de la que Ecuador formó parte hasta 1830, reclamó como territorios que le correspondían a su país los de Tumbes, Jaén (Cajamarca) y Maynas (entendiéndose por Maynas el territorio conformado por los actuales departamentos peruanos de Loreto y Amazonas).
La Gran Colombia reclamaba esa comarca como compensación por las deudas de la campaña emancipadora y por los "reemplazos" (el costo de reponer con nuevos efectivos las bajas sufridas en las tropas de apoyo a la guerra independentista peruana). En respuesta, el 17 de mayo de 1828, el Congreso de la República del Perú rechazó tales pretensiones por considerar que dejaban de lado el principio del Uti possidetis que implicaba tomar como punto de partida el territorio tradicionalmente ocupado por cada país al año 1810. En consecuencia, autorizó al presidente José de La Mar a tomar las medidas militares del caso. En virtud de ello, tropas peruanas invadieron la ciudad de Guayaquil, pero fueron rechazadas por las tropas al mando del general Antonio José de Sucre.
Ese enfrentamiento no terminó con la batalla (o combate) de Tarqui (o Portete de Tarqui), puesto que las fuerzas peruanas ocupaban todavia Guayaquil, sino con el levantamiento de Lima, que permitió la caída del presidente y la firma el Tratado Larrea-Gual de 22 de septiembre. Este tratado, también conocido como Tratado de Guayaquil estableció que el límite entre la Gran Colombia y el Perú sería el mismo que existió entre los virreynatos de Nueva Granada y el del Perú, descartando de forma meridiana cualquier discusión sobre presuntos derechos al sur de la línea de frontera determinada por el río Zarumilla.

 Disputas entre el Perú y Ecuador

Cuando se constituye el Estado ecuatoriano, se suscribieron diversos acuerdos y tratados con la finalidad de trazar la frontera entre ambos países, sobre todo en la parte amazónica. Ecuador señaló la existencia del Protocolo Pedemonte-Mosquera que, firmado en 1830, fue una continuación del Tratado Larrea-Gual. Perú cuestionó la validez de ese tratado, llegando a afirmar que nunca se firmó, debido a que jamás se encontró el documento original.
Durante 1859 y 1860, ambos países libraron una guerra sobre un territorio cercano al río Amazonas. Ecuador ingresó a una guerra civil que impidió las relaciones diplomáticas con el resto de Hispanoamérica, incluyendo al Presidente del Perú Ramón Castilla, ya que no existía un gobierno reconocido en Ecuador con el cual tratar. Igualmente, entre 1879 y 1883 el Perú participó en la Guerra del Pacífico contra Chile y no pudo atender otros asuntos diplomáticos.
En 1887, un tratado suscrito por ambas naciones estableció que el Rey de España actuaría como árbitro. Se pensó que ese Tratado, denominado Herrera-García, resolvería permanentemente el conflicto. El Congreso de la República del Perú señaló que ratificaría el tratado sólo después de que se introdujeran algunas modificaciones, por cuanto lo consideraba poco favorable para su país. Ante ello, Ecuador se retiró del proceso en protesta por las modificaciones peruanas, y el Rey se abstuvo de proponer una decisión.
En el siglo XX Ecuador se enfrentó nuevamente a Perú. Se dieron nuevos incidentes limítrofes. El más importante de esos conflictos fue el que se dio en el año de 1910. En 1922 hubo otra disputa referida a la firma del Tratado Salomón Lozano entre Perú y Colombia, que resultó favorable a esta última nación. Este tratado causó malestar tanto en Perú (donde se señala que el presidente Augusto B. Leguía lo suscribió bajo presión de los Estados Unidos), como en Ecuador, que se veía, de esa forma, limitando con Perú por el este.
En 1936, tras largos años de incidentes y negociaciones, se fijó una "línea de Status Quo", en calidad de frontera provisional mutuamente reconocida, tomando como base los territorios que de facto poseía cada país. Dentro de dicha línea provisional, en la zona correspondiente al actual departamento peruano de Amazonas, se fijaba, como frontera natural, la Cordillera del Cóndor.

Status-Quo fronterizo en 1936, previo a la guerra de 1941
El 11 de enero de 1941, alegando que los ecuatorianos habían realizado incursiones e incluso ocupado territorio peruano en la provincia de Zarumilla, el presidente del Perú, Manuel Prado Ugarteche, ordenó la formación del Agrupamiento Norte, una unidad militar a cargo del Teatro de operaciones del Norte.
La posición peruana alegó en 1941 que Ecuador desconoció esa línea provisional por lo que movilizó su ejército, ingresando a territorio ecuatoriano por Tumbes (localidad de Aguas Verdes limítrofe con Huaquillas). El Perú empleó sus recursos militares haciéndose con el control del espacio previamente ocupado por Ecuador los días 5, 23 y 24 de julio, y que constituía el 50% del territorio que dicho país consideraba suyo.
La Fuerza Aérea del Perú bombardeó la población ecuatoriana de Santa Rosa, en la provincia fronteriza ecuatoriana de El Oro, y amenazó con hacer lo mismo con la ciudad de Guayaquil. Tropas peruanas invadieron regiones del sur del Ecuador, y presionaron hasta la firma del protocolo de Río de Janeiro el 29 de enero de 1942, cuya legitimidad fue garantizada por Argentina, Brasil, Chile y Estados Unidos de América. La firma del protocolo de Río de Janeiro confirmó la línea del “Status Quo” de 1936, firmada en Washington por Perú y Ecuador, menos la pérdida por parte de Ecuador de 5.392 millas cuadrada Problema demarcatorio en la Cordillera del Cóndor
La demarcación de la línea fronteriza establecida en el protocolo, mediante el levantamiento de hitos, se inició en 1947. Sin embargo, ésta no fue culminada en la zona de la Cordillera del Cóndor, debido a que, mediante un levantamiento aerofotogramétrico, se "descubrió" la presencia del río Cenepa, entre el río Zamora y el río Santiago. Eso implicaba que lo consignado en el protocolo no correspondía con la geografía real de la zona. El río Cenepa era un accidente geográfico conocido desde muchos años antes, tal como lo reconoce en un ensayo el ex presidente peruano Fernando Belaúnde Terry. La suspensión se basó en la posición ecuatoriana, que señalaba la inexistencia de un "Divortium Aquarum" (divisoria de aguas) entre el río Zamora y el río Santiago, como contempla el Protocolo de Río de Janeiro. En efecto, el árbitro brasileño Braz Dias de Aguiar solamente menciona que los ríos necesarios para efectos de demarcación son el Zamora y el Santiago. Según el punto de vista ecuatoriano, este tema, añadido a otras "inconsistencias" en el texto del protocolo, fueron causa de que la demarcación se suspendiera unilateralmente. Como conclusión, Ecuador mantuvo durante años la tesis de que el protocolo era inejecutable.
En el plano diplomático los representantes peruanos y ecuatorianos no pudieron ponerse de acuerdo. La colocación de hitos fronterizos, convenida en el protocolo de 1942, imprescindible en una zona tan agreste, no pudo ser concluída, pues se detuvo en 1950, quedando sin demarcar un espacio de 78 kilómetros lineales.
El presidente ecuatoriano José María Velasco Ibarra, en 1960, pretendió declarar la nulidad del Protocolo de Río de Janeiro, arguyendo que "fue firmado bajo la fuerza y con amenazas", cuando las Fuerzas Peruanas "ocupaban" territorio ecuatoriano. Estas declaraciones del mandatario ecuatoriano mostraron las intenciones de Ecuador de buscar una salida a la cuenca del río Amazonas prescindiendo de lo señalado por el Protocolo de Río de Janeiro.

 Incidente de 1981, "Paquisha"/ "Falso Paquisha"

El 22 de enero de 1981, el gobierno peruano denunció un ataque a una de sus aeronaves cuando realizaba una misión de abastecimiento a puestos de vigilancia en el río Comaina (territorio peruano). El entonces Presidente del Perú, Arquitecto Fernando Belaúnde Terry, ordenó la inspección del río Comaina hasta sus nacientes en el lado oriental de la Cordillera del Cóndor, comprobándose la existencia, dentro de territorio peruano, de tres destacamentos militares ecuatorianos, con sus respectivas instalaciones. Este hallazgo causó acciones de fuerza, logrando las fuerzas peruanas desalojar los destacamentos ecuatorianos.
La posición ecuatoriana señalaba que esos destacamentos correspondían a la base de "Paquisha", establecida en territorio ecuatoriano. Pero, tras la medición de las coordenadas, se comprobó que no correspondían a la mencionada Paquisha sino, como lo calificó el presidente Belaúnde, a un "falso Paquisha". Tras las escaramuzas, que motivaron la intervención de la Organización de Estados Americanos (OEA), el acta Sorrosa-Du Bois fijó las coordenadas de ubicación permitidas para las tropas fronterizas, ratificando la condición de la mencionada cordillera como límite natural entre ambos países.
En 1992, los presidentes del Perú y Ecuador, Alberto Fujimori Fujimori y Rodrigo Borja Cevallos, suscribieron el llamado Pacto de Caballeros en el que se comprometían a buscar soluciones pacíficas a las diferencias. Sin embargo, en el mes de diciembre de 1994 se empiezan a notar movilizaciones del ejército del Ecuador, que desde 1981 había estado preparándose para afrontar un conflicto generalizado, desplegando sus sistemas de defensa en el área de la Cordillera del Cóndor.

Posiciones

Cada uno de los países tiene un pensamiento diferente, a continuación se describe la de cada uno de ellos (ordenado alfabéticamente):

 Posición ecuatoriana

La argumentación ecuatoriana señala, por su parte:
  • El Protocolo de Río de Janeiro es un tratado cuyo cumplimiento no puede ser exigido al Ecuador por cuanto fue un texto impuesto, y su suscripción se realizó estando ocupada una gran parte del territorio nacional.
  • El Protocolo de Río de Janeiro señala el divisor de aguas Zamora-Santiago para distribuir equitativamente entre los dos países el espacio geográfico entre los ríos Zamora y Santiago. Sin embargo, en la realidad geográfica no existe dicha divisoria de aguas por el hecho de que el río Cenepa, que antes se pensaba que era un afluente insignificante del río Marañón-Amazonas, resultó ser un sistema hidrográfico independiente y mucho más extenso, interpuesto entre el Zamora y el Santiago. Al no existir la divisoria de aguas Zamora-Santiago es inaplicable el trazado de la frontera en este sector enunciado en el artículo VIII. B.1.
  • Ante esa inejecutabilidad del Protocolo, resulta indispensable establecer una línea de frontera que distribuya equitativamente entre los dos países el espacio geográfico comprendido entre los ríos Zamora y Santiago.
  • Esa distribución, no obstante, sólo puede hacerse atendiendo a los derechos de las partes y reconociendo al Ecuador el acceso que demanda al Marañón-Amazonas, en debida atención a sus históricos derechos amazónicos y a los requerimientos de su desarrollo como país condómino en la Cuenca del Gran Río. De esa forma se abrirán amplias posibilidades para la cooperación de las dos partes en proyectos de interés común en la Amazonia, y para una útil y fácil comunicación de los puertos marítimos del Ecuador tanto con los accesos ecuatorianos al Amazonas y sus afluentes como con los polos de desarrollo binacional y multinacional en la región.

 Posición peruana

La argumentación peruana señala lo siguiente sobre este tema:

 Desarrollo del conflicto

 Nueva crisis

En vista de los incidentes fronterizos acaecidos entre Agosto y finales de 1991, se produjo a comienzos de 1992 en Quito, un encuentro entre los presidentes de los dos países. La visita del presidente peruano, Alberto Fujimori, se proponía allanar las dificultades que impedían una solución diplomática al problema fronterizo, firmándose el llamado "pacto de Caballeros". En la tarde del 9 de enero de 1995, cerca de las 17:30 horas, en la zona del Cenepa, una patrulla de cuatro soldados peruanos del Batallón de Infantería de Selva "Callao" Nº 25 tuvo un encuentro con una patrulla ecuatoriana del Batallón Nº 63 "Gualaquiza". Al día siguiente las tropas peruanas son acompañadas por las ecuatorianas hasta el PV-1. El 11 de enero se produce un nuevo encuentro, de nuevo en la zona peruana del Cenepa, cerca de las 13:00, la patrulla peruana -de aproximadamente 10 soldados- es conminada por los ecuatorianos y se inicia un breve intercambio de disparos.
Sin embargo, estos incidentes fueron solucionados por la vía diplomática, llegando incluso a emitirse el 14 de Enero de 1995, una declaración conjunta que enfatizaba: "en la zona de frontera, hay un clima de paz y tranquilidad".
En los días 19 y 22 de ese mismo mes, se volvieron a registrar escaramuzas entre patrullas militares de los dos países.
Las versiones políticas atribuyeron el crecimiento del enfrentamiento a la situación política que reinaba en ambos países; así, mientras el presidente ecuatoriano Sixto Durán Ballén se encontraba con bajísimos niveles de aceptación popular, su homólogo peruano Alberto Fujimori preparaba el camino para su reelección. En ambos casos, la popularidad de los mandatarios se incrementó.
Argentina, siendo parte del Protocolo de Río de Janeiro, y, por lo tanto, obligadamente neutral en el conflicto, proporcionó armas a Ecuador para ser usadas en contra del Perú, hecho que se tornó en todo un escándalo internacional, que incluso salpicó al gobierno venezolano de aquel entonces, llegándo la Presidenta argentina Cristina Kirchner, en ocasión de una visita oficial al Perú el 22 y 23 de marzo de 2010, a ofrecer disculpas formales en nombre de su país.
En total se despacharon 75 toneladas de armamento, por un valor de 33 millones de dólares, que comprendían ocho mil fusiles FAL, 36 cañones de 105 y 155 mm., diez mil pistolas de 9 mm., 350 morteros, 50 ametralladoras pesadas, 58 millones de municiones, 45.000 proyectiles de cañón, nueve mil granadas, y explosivos. Estas armas partieron del aeropuerto bonaerense de Ezeiza el 17, 18 y 22 de febrero con destino a Venezuela, que después fueron transferidas a Ecuador.
Chile, por su lado, también había realizado entregas de armas y pertrechos militares al Ecuador, en plena guerra del Cenepa. Parlamentarios opositores al régimen de Alberto Fujimori en el Perú, denunciaron que éste había negado el permiso para que aviones de la FAP interceptaran a dos aviones cargueros de la FAE, que, después de realizar una escala en Brasil, se dirigieron a Iquique, en Chile, con el fin de cargar pertrechos y armas. Chile se defendió, aduciendo que se cumplió la entrega de un contrato de venta de armas, firmado antes del inicio del conflicto. La venta de armas de Chile a Ecuador, se realizo el 31 de Enero de 1995.El monto de la venta fue de 1millon 900mil dólares y consistió en 3,000 fusiles, 7,829 cargadores y 300 cohetes Low.

 Situación militar del Perú y Ecuador

La situación militar de ambos países al inicio del conflicto, venía a ser muy dispareja, a diferencia de la imagen que representaban; las ventajas estaban del lado ecuatoriano.
El Perú afrontaba desde 1980 una guerra interna desatada por el grupo terrorista Sendero Luminoso, que conoció su más cruenta etapa entre 1982 y 1991. Las Fuerzas armadas del Perú se hicieron cargo de la lucha antisubversiva desde Diciembre de 1982, con el consiguiente desgaste que ello conlleva, tanto económico como social.
La Fuerza Aérea peruana, que desde la década de los años 60 y parte de los 80, había llegado a ser considerada como una de las más poderosas de Hispanoamérica, se hallaba, en 1995, en una deplorable situación. Así, en el momento de estallar el conflicto, de más de 100 aparatos de combate que tenía en inventario, sólo se hallaban operativos: 3 Mirage 2000, 7 Sukhoi 22, 4 Camberras, 8 A-37B y 5 helicópteros artillados Mi-25; los Mirage 2000, que venían a ser los aviones más modernos de la FAP, no contaban con misiles aire-aire de medio alcance. Los sistemas de radar sólo tenían una operatividad del orden de menos del 45%, y los sistemas antiaéreos, del 20%. Por el lado ecuatoriano, después del Incidente de 1981 "Paquisha", se inicia una serie de compras y modernizaciones de sus sistemas aéreos y terrestres; entre los más importantes está la compra de aviones Kfir C2, y las modernizaciones de sus Mirage F1. Se puede afirmar que, para inicios de 1995, la Fuerza Aérea del Ecuador era una de las más competentes de la región, contando con un arsenal de 12 Mirage F.1JAs, 10 Kfir C.2s, 10 Jaguars MK.1 y 10 A-37B. Sus fuerzas terrestres habían sido preparadas durante largo tiempo para el combate en la selva; a lo largo de la guerra del Cenepa se desplegaron, preferentemente, soldados profesionales de brigadas de fuerzas especiales como los "Iwias". En contraparte de esto, el ejército peruano estaba conformado al principio del conflicto, en su grueso, por conscriptos de servicio militar obligatorio escasos de preparacion. Las fuerzas armadas ecuatorianas hicieron uso de sus cortas líneas de abastecimiento y la ventaja geográfica que otorga la cordillera del Cóndor (6500 pies de altura) para atacar directamente con morteros y lanzadores de cohetes múltiples, a tropas del ejército peruano que intentaban fortalecer sus posiciones. Todo esto gracias al uso de tecnología moderna, tal como el posicionamiento global satelital GPS, para localizar con precisión su objetivo. A pesar de que la sofisticación del armamento data de los años 60’s y 70’s, un conflicto armado a esta escala era desconocido entre países hispanoamericanos. Las fuerzas armadas ecuatorianas lograron adoptar una defensa activa y un combate tierra-aire, conceptos implementados por fuerzas armadas estadounidenses e israelíes. Conceptos y técnicas que el general Paco Moncayo aprendió y aplicó tras su estancia en Israel como agregado militar en ese país en 1986. Gabriel Marcella, analista estadounidense de la Escuela Superior de Guerra del Ejército de los EE.UU dice lo siguiente:
La limitada victoria del Ecuador en el Cenepa genera un nuevo umbral en el antiguo conflicto: Ecuador ha logrado una victoria militar sobre Perú por primera vez desde la batalla de Tarqui en 1829. Los ecuatorianos integraron exitosamente las estrategias militares, operaciones y tácticas con una acertada campaña de información tanto en lo nacional (diplomacia) como en lo militar (operaciones sicológicas)".
El material perdido y el número de bajas no combatientes por parte del Perú (300) dejó entrever que el Perú estaba lejos de estar preparado para un enfrentamiento con Ecuador, lo que motivó una severa crítica en el país. Todo esto agudizado por una deficiente línea de abastecimientos, a causa de la distancia y las condiciones meteorológicas y geográficas por el lado peruano. En una carta de un alto militar del Ejército peruano que participó en el conflicto se desvela lo siguiente:
" de todas las armas tuvimos que valernos de los viejos fusiles FAL que tuvieron problemas cuando por los años 75 se compraron a los argentinos; con estas armas y unos cuantos RPG, sin base de fuegos de morteros, sin artillería, sin apoyo aéreo, sin inteligencia, nos enfrentamos a una fuerza moderna,(…) En esas condiciones, recuperamos Cueva de los Tayos, Base Sur, llegamos a Tiwinza pero ya desgastados por una terrible y larga línea de abastecimientos pero no pudimos mantenerla; es verdad nuestros hombres sufrieron hambre, porque no tuvieron raciones oportunamente, porque los cargadores eran emboscados, porque nos infiltrábamos en terreno ocupado por el enemigo y nuestras tropas quedaban aisladas".
Otro aspecto de gran importancia es la diferencia en los gastos militares de ambos países. En el periodo 1985 a 1994, los gastos de Defensa en el Perú disminuyeron en un 13%, mientras en el Ecuador se incrementaron en un 58%. A pesar de la diferencia en gastos militares, no todo se encontraba a favor del lado ecuatoriano, vistas las limitaciones impuestas por el ejecutivo ecuatoriano, que prohibió al alto mando militar emprender acciones contra el eje Jiménez Banda-Soldado Pastor, desde donde llegaban abastecimientos y refuerzos. General Paco Moncayo:
"La situación militar se había vuelto desagradable por la presencia de la fuerzas peruanas en el interior de nuestro dispositivo, y la imposibilidad de desalojarles".


 El Cenepa bajo fuego
  • 24 de enero: El Perú moviliza sus tropas, mientras la FAE realiza los preparativos para alistar su flota para el inminente combate.
  • 25 de enero: Ecuador militariza la zona de la Cordillera del Cóndor después conocida como Base Sur, la cual era aún territorio en litigio.
  • 26 de enero: Una patrulla del BIS (Batallón de Infantería de Selva) Nº25 del Ejército peruano realizaba labores de construcción de un helipuerto en la zona de la quebrada Fashin y la cabeza del río Cenepa, cuando es atacada por el Grupo de Fuerzas Especiales Nº26 del Ejército ecuatoriano.

Un helicóptero ecuatoriano Super Puma realizando relevo de tropas durante el conflicto.
  • 27 de enero: Tanto Perú como Ecuador ordenan el despliegue general de sus tropas en la línea fronteriza y la costa del Pacífico, listos para atacar en caso de una eventual guerra total. Durante toda la guerra se movilizaron alrededor 140 000 hombres.
  • 28 de enero: A las 7:45 horas fuerzas peruanas lanzan su primer ataque terrestre contra posiciones ecuatorianas en la cabecera de las aguas del Cenepa. A las 11:05, los ataques se renuevan, pero esta vez con apoyo de helicópteros artillados peruanos que daban cobertura a las tropas terrestres. En este combate se reporta un helicóptero peruano alcanzado por un misil tierra-aire Igla-1E (SA-16). A las 12:05, caza-bombarderos de la FAP hacen su primera aparición en el valle del Cenepa y se retirarían tras ser informados de la presencia de interceptores de la FAE.
  • 29 de enero: En un patrón que se repetiría constantemente los próximos días, fuerzas peruanas lanzarían múltiples y simultáneos ataques en todo el área, en un esfuerzo por debilitar las posiciones ecuatorianas en Tiwinza, Cueva de los Tayos, Base Sur y Coangos, llegando a derribar un helicóptero Mi-8TV de la FAP, también se reporta el derribo de un segundo helicóptero por parte de la MANPADS de Ecuador, aunque este segundo derribo no ha podido ser confirmado. Al final del día el Perú anuncia que se capturaron 3 base ecuatorianas, algo que el gobierno del Ecuador negó.
  • 31 de enero: Después de 24 horas de calma, tropas peruanas renuevan sus ataques contra Tiwinza, Coangos y Cueva de los Tayos. Ecuador y Perú rechazan bilateralmente una llamada internacional para un cese al fuego inmediato.
  • 1 de febrero: los ataques continúan, pero esta vez con el apoyo de artillería pesada. Aviones peruanos biplaza de ataque ligero A-37B hacen su aparición en el campo de guerra, bombardeando posiciones ecuatorianas. Incluso la base de Cóndor Mirador en la cumbre de la cordillera del Cóndor cae bajo el fuego de los aviones de la FAP.
  • 2 de febrero: Se realizan no menos de 12 ataques aire-tierra por parte de la FAP, que ofrecía apoyo a sus tropas que trataban de tomar Cueva de los Tayos y Base Sur.
  • 3 de febrero: Strikemasters Mk 89 y bombarderos ligeros A-37B ecuatorianos, bajo cobertura aérea de interceptores de la FAE, hacen su primera aparición en el campo de batalla, bombardeando posiciones peruanas.
  • 4 de febrero: Embraer EMB 312 Tucanos de la FAP realizan una salida nocturna bombardeando la posición enemiga de Tiwinza.
  • 6 de febrero: La FAP hace por primera vez uso de sus bombarderos a reacción Camberra para atacar posiciones ecuatorianas. Un Camberra se reportó como perdido a causa de las malas condiciones meteorológicas, otras versiones afirman que fue víctima de fuego antiaéreo.
  • 7 de febrero: Un helicóptero Mi-25 peruano es derribado tras una sucesión de, por lo menos, dos impactos de misiles antiaéreos Igla. Bombarderos A-37B de la FAE, escoltados por interceptores Kfir, atacan posiciones peruanas. Uno de los A-37B llega a ser alcanzado por la artillería antiaérea, pero consigue retornar a su base.
  • 9 de febrero: La actividad aérea se intensifica en ambas bandos. La FAP lleva a cabo no menos de 16 misiones usando caza-bombarderos Sukhoi Su-22. Esta vez los bombarderos Camberra realizan un bombardeo nocturno.
  • 10 de febrero: La actividad aérea se intensificó en la zona de batalla. Durante la mañana bombarderos A-37B y Sukhoi Su-22M son enviados por la FAP para atacar posiciones ecuatorianas. Según la versión ecuatoriana, a las 12:45 salen 4 interceptores ecuatorianos (2 Mirage F.1JAs y 2 IAI Kfir C.2s) tras haber detectado 5 aeronaves, un IAI Kfir C.2 derriba un A-37B peruano, y dos Su-22 peruanos son derribados por los Mirage F.1[25] , mientras que otro A-37B peruano logra escapar de un IAI Kfir C.2 tras una gran maniobra volando a ras de los árboles. Según la versión peruana los Sukhoi-22 peruanos fueron derribados por artillería antiaérea; un inicial comunicado oficial de las FFAA Ecuador, publicado el sábado 11 de febrero de 1995 en el Diario El Universo de Guayaquil (año 74, Nº 149, Página 1), daba una versión similar a la peruana.
  • 11 de febrero: A medida que el conflicto terrestre toma fuerza, la actividad aérea en el área se incrementa, así, aviones de ataque A-37B ecuatorianos lanzan un ataque sobre posiciones peruanas. Un A-37B de la FAE es alcanzado por un misil de la MANPAD peruana, pero la tripulación consigue volar de regreso a su base.
  • 13 de febrero: Un grupo de tanques refuerza la brigada 7 Loja ecuatoriana, mientras que el Perú lanza fuertes ataques con cobertura aérea contra de las posiciones ecuatorianas de Coangos y Tiwinza. Según fuentes ecuatorianas, un helicóptero Mi-8TV y un Mi-17 peruanos fueron derribados; las fuentes peruanas niegan esos derribos. En la noche el presidente peruano Alberto Fujimori aparece en TV declarando la toma de Tiwinza.
  • 14-16 de febrero: Los combates continúan a lo largo de todo el área de conflicto. El miércoles 15 de febrero un grupo de periodistas internacionales arriba a Tiwinza tras una invitación del ejército ecuatoriano que, con posicionadores GPS, demuestran las coordenadas exactas de Tiwinza (3°27'57.18" Sur, 78°15'8.72" Oeste) hechas públicas a principios de febrero de 1995, buscando desmentir, así, las declaraciones del presidente peruano Alberto Fujimori, hechas dos días atrás públicamente.
  • 17 de febrero: En presencia de cuatro países garantes del Protocolo de Río (Estados Unidos de América, Brasil, Chile, Argentina), el vice-ministro ecuatoriano de asuntos exteriores, Marcelo Fernández de Córdoba y el vice-ministro peruano de asuntos exteriores, Eduardo Ponce, firman en Brasil la Declaración de Paz de Itamaraty, confirmando un alto el fuego inmediato y el establecimiento de un grupo de paz MOMEP (Military Observer Mission, Ecuador Perú), encargado de supervisar el cumplimiento del alto el fuego, a través de la puesta a cargo por parte de la MOMEP de las bases de Tiwinza y Base Sur, y el establecimiento de los límites de una zona desmilitarizada. Ecuador y Perú se comprometen a emprender las conversaciones en torno a las causas pendientes de ambos países.
  • 21 de febrero: Los primeros observadores de la MOMEP arriban a la base ecuatoriana de Patuca, pero enfrentamientos a lo largo de todo el día impiden que los observadores alcancen el área de conflicto. Ecuador reclama que helicópteros peruanos sobrevuelan constantemente sobre posiciones ecuatorianas, violando así el alto el fuego; el Perú, por su parte, denuncia un constante acoso por parte de la artillería ecuatoriana a las posiciones peruanas.
  • 22 de febrero:, conocido como el "Miércoles negro", pues el ejército ecuatoriano tuvo una cantidad de bajas superior al total de bajas acumulado desde el inicio de la guerra, 13 muertos y 20 heridos aquel día, cantidad corroborada por el general ecuatoriano Paco Moncayo; siempre según el mismo general Moncayo, esa tarde y noche, tropas ecuatorianas toman represalias contra el bando peruano utilizando armas de apoyo de fuegos; al día siguiente se habría detectado un movimiento de evacuación de bajas por el lado peruano. Se llevaban cinco días desde la Declaración de cese al fuego de Itamaraty.
  • 28 de febrero: En los días siguientes las escaramuzas continúan. Sólo la presión de los garantes, básicamente EE.UU., logró que ambos bandos respetaran el cese del fuego y se estableciera una zona desmilitarizada. De esta manera se firma en Montevideo la declaración de “Reiteración del compromiso a proceder a un inmediato y efectivo cese el fuego”. Si bien incidentes menores se dan a lo largo de los siguientes meses, la Guerra del Cenepa ha terminado oficialmente.

 Término del conflicto

 Declaración de Paz de Itamaraty

El 17 de febrero de 1995, se firma la Declaración de Paz de Itamaraty, en Brasil, que determina la retirada de las tropas de ambos países.
Sin embargo, en incidentes "confusos", se producen nuevos combates en la zona del Cenepa (Tiwinza, Base Sur y Cueva de los Tayos). Si bien ni Ecuador ni Perú cumplieron lo acordado en el tratado de Itamaraty, la versión oficial ecuatoriana es que, debido a que el Presidente del Perú, Alberto Fujimori, había anunciado anteriormente la captura de estos destacamentos, era indispensable tomarlos antes de la llegada de los observadores y periodistas a la zona. Periodistas peruanos y Alberto Fujimori llegan escoltados por un pequeño grupo de soldados al izamiento de la bandera nacional del Perú en Cueva de los Tayos, un hecho que la representante de los Estados Unidos ante la OEA, calificaría el viaje de Fujimori en una reunión urgente de la OEA el 23 de febrero de 1995, de "provocación". El gobierno estadounidense también expresaría su rechazo ante el uso bélico que se le dio el 22 de febrero a los helicópteros que aquel gobierno dono al Perú para combatir el narcotráfico. El sábado 25 de febrero los garantes instan a las partes "a evitar cualesquiera iniciativas que puedan ser interpretadas como amenaza o como provocación". Finalmente se desmilitarizó la zona de conflicto; tropas ecuatorianas se replegaron en Coangos y tropas peruanas hicieron lo mismo en PV1.
Según la tesis de Javier Pérez de Cuéllar, la desmilitarización debió efectuarse en ambos lados de la frontera, teniendo así la base de Coangos que ser desmilitarizada, ya que desde la cumbre de este sitio tropas ecuatorianas recibían apoyo logístico de su artillería, lo que facilitaría un supuesto nuevo infiltramiento de tropas ecuatorianas en Tiwinza.

 Acta de Brasilia

Observadores de los países garantes del Protocolo de Río de Janeiro se desplazan hasta la zona del conflicto. El 2 de marzo, tras cinco semanas en enfrentamientos y escaramuzas, terminan los combates. Hay numerosos heridos y muertos por ambos lados. Durante el proceso de negociación, ambas partes ceden terreno, dejando a un lado sus posiciones extremas; el Ecuador reconoce la “parcialidad” de la inejecutabilidad del protocolo de Río y por consiguiente reconoce la autoridad del susodicho. El Perú, por su parte, reconoce por primera vez la existencia de una disputa y la necesidad de una revisión de los impases del protocolo de Río.
Los impases existentes se pueden resumir en cuatro puntos:
  • Inejecutabilidad parcial del Protocolo de Río de Janeiro por la inexistencia del divisor de aguas entre los ríos Zamora y Santiago. Acceso libre y soberano ecuatoriano al Marañón - Amazonas.
  • Problemas de demarcación: a) Sector Cucumaza Bumbuisa y el Yaupi Santiago.. b) Sector Lagartococha-Güepí.
  • Problemas que generan los cortes de los ríos por las líneas geodésicas. Problema en el río Napo, Sector Yasuní-Aguarico.
  • Canal del Zarumilla.
Tras una casi fallida ronda de negociaciones, la diplomacia condujo al acuerdo de Brasilia, el 24 de octubre de 1998, firmado por el presidente peruano Alberto Fujimori y su colega ecuatoriano Jamil Mahuad. Los países garantes (Argentina, Brasil, Chile y Estados Unidos de América) resolvieron que las altas cumbres de la cordillera del Cóndor y la región de Tiwinza, de 20 Km², pertenece al Perú, se concede al Ecuador 1 km² de Tiwinza como propiedad privada bajo la legislación privada del Perú, con la excepción de que esta propiedad nunca podrá ser expropiada del Ecuador, se la usará para realizar actos conmemorativos y no militares. A todo aquel que nazca en Tiwinza se le considerará peruano. El Perú deberá garantizar el derecho perpetuo de libre navegación por el río Amazonas y sus afluentes septentrionales, establecido en el Protocolo de Paz, Amistad y Límites de Río de Janeiro del 29 de enero de 1942, habiendo recibido, además, un permiso por 50 años para establecer dos embarcaderos comerciales, cada uno de 150 hectáreas, y libres de impuestos. Estos embarcaderos serán administrados por las empresas que designe el Ecuador, pero tendrán que ser registradas bajo la legislación peruana. Un parque binacional ecológico, aún por implementar, sería la representación de la paz entre ambos países hermanos. También se establecieron los nuevos hitos en el sector de Lagartococha – Güeppi y en Cusumasa-Bumbuiza y Yaupi-Santiago en la cordillera de los andes, hitos que fueron causa de controversia visto que el Perú cede 42 km² al Ecuador, algo visto como una decisión que obedece a razones políticas más que técnicas por parte de la comisión demarcadora. Quedando la base Teniente Ortiz en el Ecuador y el Puesto Pachacútec en el Perú.
En mayo de 1999, de forma conjunta, finalmente se colocó el último hito, de 30 en total , 23 de ellos en el tramo de 78 km de frontera no demarcada en la Cordillera del Cóndor.

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